Esperando Nuestro Encuentro
La única esperanza alentadora de esta separación entre Jesús y sus discípulos fue la “promesa de que Él regresaría por ellos”. Esta promesa se conoce como la doctrina del “Rapto o Arrebatamiento”. Aunque el tema del “REGRESO DE CRISTO POR SU IGLESIA” es uno del cual ya casi no se habla en la iglesia, el arrebatamiento es una de las promesas más hermosas de todo el Nuevo Testamento. Nos habla del cumplimiento de una promesa que Jesús nos hizo de regresar por los que hemos creído en Él y lo esperamos.
Juan 14:2-3, NTV dice: “No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí. En el hogar de mi Padre, hay lugar más que suficiente. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar? Cuando todo esté listo, volveré para llevarlos, para que siempre estén conmigo donde yo estoy”.
Es preocupante que hayamos olvidado esta promesa y la esperanza de que Jesús volverá por su pueblo. Jesús les dijo a los discípulos: “No se angustien; confíen en Dios y confíen también en mí“. La GARANTÍA de que Él regresa está puesta en el PADRE como también en el HIJO. Jesús regresará por su pueblo. Cuando la vida parezca no tener sentido y sin esperanza, recuerda la promesa que nos hizo. Él regresará.
DEBEMOS TENER LOS PIES EN LA TIERRA Y NUESTRA ESPERANZA EN EL CIELO. Pues el retorno de nuestro Señor Jesucristo está más cerca que nunca.
¡DEBEMOS ESTAR LISTOS PARA NUESTRO ENCUENTRO CON CRISTO!
